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Fran Casal
Por Fran Casal el 03 de febrero de 2017

El futuro del diseño web tiene 3 letras: GDD (Growth-Driven Design)

Hace algún tiempo en &CO decidimos trabajar para convertirnos en la primera agencia de marketing de Galicia en recibir el distintivo de calidad que supone ser HubSpot Certified Partner por una única razón: necesitábamos demostrar a nuestros clientes que su inversión en marketing inbound podía lograr retorno y que la automatización de su marketing es la única manera de lograrlo. Ahora también somos la primera en incorporar el Diseño Web Basado en Crecimiento (GDD, Growth-Driven Design), y por la misma razón.

Desde el principio quisimos convertir nuestro compromiso con el famoso ROI (Return of Investment) en nuestra propuesta de valor diferencial. Ninguna agencia de comunicación de marketing gallega enfocaba sus esfuerzos hacia ello. Aún así, nos faltaba algo y no sabíamos qué era. Hasta que recibimos un correo con una propuesta.El remitente era un tipo con cara de ser el mejor amigo de todo el mundo llamado Luke Summerfield y en su correo nos contó que estaba desarrollando un nuevo método para el desarrollo de sitios web llamado Growth-Driven Design (GDD) y nos animaba a participar como adoptadores tempranos en su aplicación práctica en el día a día de nuestra agencia. Luke decía -dice- que el GDD es capaz de revolucionar la manera en que una agencia de marketing inbound presta sus servicios al cliente y logra que su sitio web nunca necesite ser rediseñado. Un rato más tarde, mis compañeros y yo nos apuntábamos sin dudarlo.

Luke y su GDD nos han cambiado la vida. Pero más importante aún: ha comenzado también a cambiar para mejor el negocio de nuestros clientes, porque...

El diseño web tradicional ya no funciona. Y el GDD soluciona ese problema.

Hay tres motivos esenciales que han llevado a los expertos a determinar -con toda razón- que el diseño web tradicional ha dejado de funcionar:

  1. Diseñar o rediseñar el sitio web de una empresa es caro. Muy caro. Hay un coste elevado que el cliente debe afrontar a ciegas, y ni él ni la agencia tienen la seguridad de cómo va a afectar ese diseño o rediseño a los resultados de negocio de la empresa.

  2. El cliente debe dedicar mucho tiempo y recursos colaborando con la agencia durante varios meses en el proyecto de construcción, lo que puede resultar una carga de trabajo añadida muy incómoda para la mayoría de las empresas, sobre todo aquellas que no van sobrados de recursos humanos.

  3. Y lo peor de todo es que, casi siempre, el proyecto se retrasa e implica sobrecostes (tanto para el cliente como para la agencia -es decir, pérdidas-) porque en el camino surgen inconvenientes e imprevistos que e tienen que resolver sore la marcha durante el proceso. Invevitablemente, los tiempos de entrega estimados no se cumplen.

Por si esto no fuese sufiiente, una vez que el web se ha publicado, nunca se puede saber claramente si lo que hemos lanzado es el mejor sitio web posible para nuestro cliente. Es imposible responder a eso. No hay manera de asegurar que el sitio que se lance será la mejor versión y produzca los mejores resultados posibles para la cuenta de resultados del cliente.

En realidad, hasta ahora la creación de un sitio web no era más que la reunión de miles de pequeñas decisiones y conjeturas que se envolvían en una hipótesis sobre lo que, como profesionales, creemos que funcionará bien. El problema es que cuando lanzamos el sitio, nunca volvemos atrás y validamos esa hipótesis. Simplemente cruzamos los dedos y esperamos que funcione bien. Luego, esperamos que produzca resultados durante un año y medio a dos años en los que ese sitio web se quedará tan obsoleto que habrá que rediseñarlo de nuevo. Esto es -lleva mucho tiempo siendo- una auténtica locura desde el punto de vista del negocio de nuestros clientes, y del de cualquier agencia seria que no venda sitios webs basados en plantillas prediseñadas de código abierto.

Hasta ahora, la vida útil de un sitio web era de un máximo de dos años.

Este gráfico resume la vida de un sitio web en términos de su vida útil (tiempo) y del impacto que provoca en el desarrollo de negocio de una empresa:

Grafico_GDD_1

Pero el sitio web de nuestro cliente es su mayor activo de marketing. Muchas veces, es el primer elmento a través del cual la gente conoce por primera vez a una empresa y se forma su primera impresión sobre ella. Es su mejor agente comercial: trabaja 24 horas todo el año para la empresa, y le representa en todo el planeta Tierra. Sin cobrar ni comisiones ni ponerse enfermo.

El GDD soluciona este gran problema en tres pasos:

Con el diseño de una estrategia bien definida, el lanzamiento rápido (en no más de 45 días) de un sitio web perfectamente útil y viable para los intereses de la empresa (aunque no está completo y nunca lo estará) y un posterior ciclo sin fin de mejora contínua, podemos garantizar a nuestros clientes que nunca más van a necesitar tirar su sitio web para sustituirlo por otro nuevo. Dado que siempre estará en constante evolución. Este gráfico lo resume a la perfección:

GDD-Methodology-Vertical-Castellano

Gracias al GDD, el gráfico de arriba evoluciona de esta otra manera:

Grafico_GDD_2Tomado decisiones en base a datos empíricos mediante el análisis constante del comportamiento del público y alineando correctamente las estrategias de marketing y ventas de una empresa logramos reducir el tiempo en el que el sitio web logra resultados de negocio, y desaparece la necesidad del rediseño periódico de un sitio web, con los costes que ello ahorra.

Pero el GDD supone que la agencia adopte nuevos compromisos:

Nos enamoramos de la filosofía del Growth-Driven Design, pero hemos tenido que pagar un precio por ello. Hemos tenido que mandar a la papelera a los procesos de trabajo en cascada y dejar de preocuparnos por los diagramas de Gantt de nuestro software de gestión de proyectos, que nos avisaban constantemente de siempre algo iba inevitablemente retrasado.

Es el pan nuestro de cada día en todas las agencias. Todos nos preguntamos "¿cómo podemos trabajar mejor, de forma más ordenada, hacerlo todo mejor y en menos tiempo y a la vez tener una vida fuera de la oficina?".

La respuesta tiene cinco letras: SCRUM. Más concretamente Agile/SCRUM. Se trata de una metodología de desarrollo de proyectos que facilita y soluciona la vida de una agencia de marketing digital y diseño web. En realidad, de cualquier equipo profesional. Aunque nos hemos visto obligados a aprender más y de forma más continuada. Ya lo hacíamos, pero ahora más. Si en &CO la formación continua es una obligación similar a la de entrar por la puerta con una sonrisa y nunca traer un mal café, con el GDD hemos aprendido a mejorar en la gestión de proyectos, a analizar mejor muchos datos, a trabajar con software que antes no parecía necesario (ahora nos encantan los mapas de calor aplicados a un web, por ejemplo), a entender aún mejor los procesos internos de nuestros clientes, y hasta a jugar pequeñas partidas de poker. Sí, no es broma: forma parte del SCRUM.

Convencer a un cliente de que deje en tus manos su presencia digital es más complejo que convencerle de que le vas a crear un sitio web precioso. Tienes que explicarle que si lo que desea es ganar dinero, no debe invertir en un sitio web sino en una estrategia completa de negocio asociada a su presencia digital. Y hay que explicarle que no es lo mismo, aunque parezca que hemos disfrazado los términos para poner un precio más alto.

Cuando añades el GDD al menú, los servicios de una agencia como &CO no cambian realmente mucho, pero debemos explicar al cliente muchas más cosas, lo que termina por fortalecer las relaciones cliente-agencia y genera resultados increíbles para ambas partes.

Si has llegado hasta aquí, te habrá surgido -seguro- esta pregunta: ¿Pero &CO no era una agencia especializada en marketing inbound? Lo somos. Pero ahora también somos expertos en Growth-Driven Design. En un próximo artículo contaremos como ambas especialidades, unidas, multiplican la reputación y los resultados de negocio de cualquier empresa.

Publicado por Fran Casal febrero 3, 2017
Fran Casal